Este libro nos habla sobre la televisión y su manipulación social. Nos narra su opinión sobra su influencia y que las cadenas se fijan más en la competencia que en hacer bien su trabajo e informarnos debidamente. Opina que los periodistas son nefastas marionetas de grandes empresas que son culpables de que no podamos ver exactamente lo que sucede a nuestro alrededor. Habla sobre la repetición masiva de muchas cosas o simplemente de la ocultación de muchos sucesos, o de los debates políticos que dicen mucho sin decir nada. Recalca durante todo el libro su pensamiento de que es por culpa de los periodistas que no hacen bien su trabajo, que solo buscan el dinero y por ello impactar a la gente con sus noticias, y están más centrados en sus limites de audiencia, que en el mensaje o los problemas que nos debe mostrar.
En mi opinión, el autor ha hecho una crítica bastante dura hacia los periodistas. Creo que ellos no son merecedores de tantos desprecios porque su responsabilidad es informar, pero es una persona corriente que lo único que busca es un sueldo a final de mes. La mentalidad debe cambiar desde arriba, que las grandes empresas nos dejen vivir en libertad. No vemos que estamos presionados por una sociedad puramente capitalista, manipulada, somos unos títeres que no vemos la realidad, porque preferimos cerrar los ojos y ver una ficción perfecta de que el mundo es bello, porque la realidad siempre es más dura. Por lo tanto, creo que el autor debería haberse fijado más en las multinacionales que no en lo periodistas y recriminarles su mala labor social, porque ha nadie le gusta que tiren por el suelo su honrado y costoso trabajo, porque como todas las personas merecemos una buena valoración y que reconozcan nuestro esfuerzos, nadie es perfecto para menospreciar el valor o la capacidad de otro ser, porque todos somos diferentes y todos debemos ser respetados.
En mi opinión, el autor ha hecho una crítica bastante dura hacia los periodistas. Creo que ellos no son merecedores de tantos desprecios porque su responsabilidad es informar, pero es una persona corriente que lo único que busca es un sueldo a final de mes. La mentalidad debe cambiar desde arriba, que las grandes empresas nos dejen vivir en libertad. No vemos que estamos presionados por una sociedad puramente capitalista, manipulada, somos unos títeres que no vemos la realidad, porque preferimos cerrar los ojos y ver una ficción perfecta de que el mundo es bello, porque la realidad siempre es más dura. Por lo tanto, creo que el autor debería haberse fijado más en las multinacionales que no en lo periodistas y recriminarles su mala labor social, porque ha nadie le gusta que tiren por el suelo su honrado y costoso trabajo, porque como todas las personas merecemos una buena valoración y que reconozcan nuestro esfuerzos, nadie es perfecto para menospreciar el valor o la capacidad de otro ser, porque todos somos diferentes y todos debemos ser respetados.
