Actualmente, podríamos decir que nos sería casi imposible vivir sin electrodomésticos, no tener televisión, ni ordenador y tampoco sin móvil, o muchos otros objetos electrónicos. Nuestra vida sería más difícil sin ellos, e incluso inaguantable. ¿Pero es esto cierto? ¿Le damos tanta importancia a estos utensilios futuristas que han invadido nuestras vidas?
La respuesta es claramente afirmativa. Ya nadie, oye la música en cinta o en la radio, lo ideal es oírla en un mp3 o en un ipod; y nadie se acuerda de lo que era la máquina de escribir. Nos han lavado el cerebro y nos han hecho borrar del pasado todo aquello que sabíamos hacer sin gastarnos 300€ para escuchar canciones o para hablar por teléfono con un móvil de última generación.
Pero en este mundo capitalista no queda sitio para lo antiguo. Solo quieren hacernos gastar dinero, y de una forma sorprendente. No nos vale con tener un peugeot, trabajamos toda la vida para tener un mercedes, solo deseamos lo mejor. De acuerdo, podemos desearlo, pero no comprándolo, sino las cosas que verdad tienen valor no son materiales sino que debemos adquirirlo con nuestro esfuerzo y nuestro valor.
En este mundo de borregos se nos ha olvidado lo importante de la vida que es conseguir nuestros verdaderos sueños, como el de tener un buen trabajo, una familia agradable, disfrutar de los menesteres de la vida o simplemente que algún día llegue ese príncipe azul a nuestra vida. Todas estas ilusiones parecen haber desaparecido, ya que nuestros sueños solo giran entorno a este mundo putrefacto donde nuestro dueño es el dinero y nosotros somos vasallos suyos.
En cambio, si miramos al otro lado del mundo, ese lugar que dejamos apartados de nuestras vidas y que simplemente llega a nuestra mente en época de navidad. ¿Qué ocurre con esa gente? Que yo sepa pueden vivir sin estos aparatos, tienen unas condiciones de vidas pésimas de acuerdo. Pero es que nosotros no les hemos permitido crecer más, por no decir que no le hemos dejado crecer. Los matamos de hambre, les dejamos sin educación y sus recursos naturales los explotan las grandes multinacionales del planeta, los todopoderosos que gobiernan el universo.
Pero que más nos da a nosotros, mientras tengamos una consola para divertirnos, un buen programa de chusma y un móvil a nuestro lado, no mirare la guerra del Congo, o no me interesa la mortalidad infantil de toda África, ni tampoco como se encuentra la gente que vive en Gaza.
El mundo esta conquistado por una panda de ignorantes, que no desean ver la realidad del mundo en el que vivimos. Nos encerramos en ese mundo imaginario de videojuegos, Internet, programas de corazón, etc., que nos obstruyen el cerebro y no nos deja pensar con claridad. Pues si la tierra no se recupera del gran virus que tiene, vamos por muy mal camino. Quitémonos esa venda que no nos deja ver. Pues las nuevas tecnologías no son tan buenas cuando aun no hemos aprendido a erradicar la pobreza ni el hambre. Unámonos para acabar con las imperfecciones de nuestra sociedad, para salvar al mundo de esta gran peste que le acecha.
La respuesta es claramente afirmativa. Ya nadie, oye la música en cinta o en la radio, lo ideal es oírla en un mp3 o en un ipod; y nadie se acuerda de lo que era la máquina de escribir. Nos han lavado el cerebro y nos han hecho borrar del pasado todo aquello que sabíamos hacer sin gastarnos 300€ para escuchar canciones o para hablar por teléfono con un móvil de última generación.
Pero en este mundo capitalista no queda sitio para lo antiguo. Solo quieren hacernos gastar dinero, y de una forma sorprendente. No nos vale con tener un peugeot, trabajamos toda la vida para tener un mercedes, solo deseamos lo mejor. De acuerdo, podemos desearlo, pero no comprándolo, sino las cosas que verdad tienen valor no son materiales sino que debemos adquirirlo con nuestro esfuerzo y nuestro valor.
En este mundo de borregos se nos ha olvidado lo importante de la vida que es conseguir nuestros verdaderos sueños, como el de tener un buen trabajo, una familia agradable, disfrutar de los menesteres de la vida o simplemente que algún día llegue ese príncipe azul a nuestra vida. Todas estas ilusiones parecen haber desaparecido, ya que nuestros sueños solo giran entorno a este mundo putrefacto donde nuestro dueño es el dinero y nosotros somos vasallos suyos.
En cambio, si miramos al otro lado del mundo, ese lugar que dejamos apartados de nuestras vidas y que simplemente llega a nuestra mente en época de navidad. ¿Qué ocurre con esa gente? Que yo sepa pueden vivir sin estos aparatos, tienen unas condiciones de vidas pésimas de acuerdo. Pero es que nosotros no les hemos permitido crecer más, por no decir que no le hemos dejado crecer. Los matamos de hambre, les dejamos sin educación y sus recursos naturales los explotan las grandes multinacionales del planeta, los todopoderosos que gobiernan el universo.
Pero que más nos da a nosotros, mientras tengamos una consola para divertirnos, un buen programa de chusma y un móvil a nuestro lado, no mirare la guerra del Congo, o no me interesa la mortalidad infantil de toda África, ni tampoco como se encuentra la gente que vive en Gaza.
El mundo esta conquistado por una panda de ignorantes, que no desean ver la realidad del mundo en el que vivimos. Nos encerramos en ese mundo imaginario de videojuegos, Internet, programas de corazón, etc., que nos obstruyen el cerebro y no nos deja pensar con claridad. Pues si la tierra no se recupera del gran virus que tiene, vamos por muy mal camino. Quitémonos esa venda que no nos deja ver. Pues las nuevas tecnologías no son tan buenas cuando aun no hemos aprendido a erradicar la pobreza ni el hambre. Unámonos para acabar con las imperfecciones de nuestra sociedad, para salvar al mundo de esta gran peste que le acecha.
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